El nacimiento de un hijo con discapacidad supone un shock dentro de la familia.
El hecho se percibe como algo inesperado, extraño y raro, que rompe las expectativas
sobre el hijo deseado. Durante toda la etapa anterior al nacimiento, en la fase del
embarazo, lo normal que es los futuros padres tengan sus fantasías sobre el hijo;
imágenes físicas y características del nuevo ser que se incorporará al núcleo familiar. A
lo largo de los nueve meses (y en ocasiones, antes ya) esas expectativas se han ido
alimentando esperando con ansia el momento del nacimiento. La pérdida de
expectativas y el desencanto ante la evidencia de la discapacidad (o su posibilidad), en
un primer momento va a ser demoledor; es como si el futuro de la familia se hubiera
detenido ante la amenaza. La comunicación del diagnóstico de la discapacidad, la
inesperada noticia, produce un gran impacto en todo el núcleo familiar; la respuesta y
reacción de la familia cercana a los dos progenitores, abuelos y hermanos va a
contribuir a acentuar o atenuar la vivencia de la amenaza que se cierne sobre su entorno.
La confusión y los sentimientos de aceptación, rechazo y culpabilidad se mezclan de
manera incesante, surgiendo constantemente las preguntas de los por qués “La
deficiencia física y /o psíquica debida a lesión orgánica es un dato extraño al sistema
familiar, soportado como una agresión del destino y por lo tanto acompañado de
intensos sentimientos de rechazo o rebelión. Esta percepción es rápidamente asumida
como propia por el disminuido, que se encuentra viviendo así como indeseable una
parte de sí mismo” (Sorrentino, 1990:16).

4 comentarios:
HERMOSA FLOR , REALEMNTE SON UN SOL ...
Me encanta esa foto, realmente interesante ..
Asi es, son unas personitas hermosas que solo buscan aceptacion :)
muy tierna la imagen y el vinculo tan especial que se ve en la imagen del niño con su madre.
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